Juntó coraje para el último enjuague frío que daría brillo al
pelo y elasticidad a sus arterias y cerró la canilla.
?Vieja ¿estás ahí?, soy yo ?pausa, la voz de Juampi en el
contestador no necesitaba de mayor presentación, al ver que no respondía
continuó? bueno, queríamos invitarte con Laura para que vengas esta noche a
comer, avisame si no tenés otra cosa que hacer así le aviso a Lucio, llamame
apenas sepas porque sino la que te jedi rezonga que no puede preparar con
tiempo, como si preparara mucho la caradura pero en fin, vos sabés, un beso.
Magda recordó que había convenido en ir al cine con Javier a la
vez que escuchaba el mensaje en viaje hasta el ropero, pero la promesa de una
comida junto a sus dos hijos, la nuera y sus nietos descartaba cualquier otro
programa, sorry Javier.
Devolvió rápido el llamado mientras se ponía las medias,
atendió su hijo mayor.
?Hola amor, claro que puedo ir, con mucho gusto, pero decile a
tu mujer que no hay nada que preparar, yo llevo el postre y el vino y además
estoy a dieta.
?Para variar. Justo acaba de llamar Lucio y ya le dije, viene
con su novia nueva, te esperamos más o menos a las ocho, cena de despedida.
?Che como si me fuera para siempre, si en dos semanas estoy de
vuelta.
?Ah, eso nunca se sabe, a ver si ahora que le tomás el gustito
a irte sola te perdemos.
?No te hagas ilusiones, no me sacarán tan fácilmente de
encima.
Se terminó de vestir con una sonrisa, si había algo por lo que
se sentía afortunada eran sus hijos. Si era cierto eso que decían los budistas
de que todo lo que tenemos es consecuencia de nuestro karma, entonces debió de
haber sido una santa en su vida anterior porque tanto Juampi como Lucio eran
fantásticos. Y también Laura, agregó mientras empezaba a maquillarse, que bien
podría haber tenido hijos bárbaros pero una nuera jodida como las que les
tocaron a algunas de sus amigas pero sin embargo no, sólo un poco obsesiva pero
también ella un fenómeno, más otra hija que una nuera porque la conocía desde
criatura, Juampi se había puesto de novio a los diecisiete y ahora tenía treinta
y dos así que eran..., abandonó el cálculo, qué sé yo cuántos, una vida y ni que
hablar de los nietos, Gonzalo y Jimena, dos locuritas, y lo linda que era su
relación.