En una tercera etapa, ya se ha identificado tanto el
caminante con su Amado, ha penetrado tan hondamente en Él, que allí, en la
interior bodega del Amado, en esa interioridad mística y total, va
descubriendo y dándole sentido a todas las cosas
"En la interior bodega
de mi Amado bebí, y cuando salía
por toda aquesta vega
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí que antes seguía."
Se ha producido la metanoia, el cambio mental en el modo
de ver y considerar las cosas que encuentra en su camino existencial. Ya puede
descansar, tras su larga búsqueda:
"Entrado se ha la Esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos del Amado."
No es ya que las cosas de la Naturaleza creada lo reflejen a
él, a su Amado, sino que todas las cosas creadas no son más que el reflejo de su
Belleza:
"Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver, en tu hermosura,
al monte y el collado,
do mana el agua pura.
Entremos más adentro en la
espesura."