1. Pesados zarcillos compuestos por placas romboidales, en forma de hoz o el perfil de una campana, que pueden ser colgados de las orejas mediante un gancho (chaguai).
2. Angostas fajas de lana roja de varios metros de longitud sobre las que van aplicadas tres a cuatro hileras de pequeños bollones de plata, las cuales se envuelven en torno de dos largas trenzas (queltachapetue).
3. Una gargantilla que representa un alto cuello de cuero, asimismo, guarnecido enteramente con bollones de plata (trapapel).
4. Pulseras de cuero con bollones de plata (traricúti).
5. Un pinche con una bola del tamaño de una manzana o una gran hebilla para prender la mantilla (ponson o tupu).
6. Diversos colgantes compuestos de una serie de placas angostas y anchas, unidas entre sí mediante eslabones y adornados con pequeños agregados, o bien de finos tubos ensartados en hilos e intercalados con cuentas de colores que final mente rematan en pequeños embudos (elis). Los agregados de estos collares, a menudo tan sobrecargados, a los que en ocasiones se suman cadenas con innumerables disquitos, son con frecuencia cruces y figuras humanas que recuerdan pequeños ídolos. En ellos se reflejan pues las influencias paganas y cristianas.
Los araucanos no viven en comunidades aldeanas, sino dispersos aquí y allá. Donde encuentran una pequeña elevación y un arroyo, erigen su casa, la ruca.