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Uno de ellos se fue, lejos del padre, descarriado, se gastó su parte de herencia y se convirtió en un mendigo, un jugador, un borracho. El otro permaneció con el padre, ayudó en los negocios, trabajó en la granja y en los jardines, incrementó la heredad, ayudó en todas las formas, sirvió al padre con un espíritu de entrega. Y cuando de pronto llegaron noticias de que el otro hermano se había convertido en un mendigo, de que mendigaba por las calles, el corazón del padre empezó a compungirse y todas sus oraciones fueron para él. Se olvidó completamente del que estaba cerca y sólo recordaba al que estaba distante. Por la noche, éste estaba presente en sus sueños, pero no el que estaba cerca y trabajando para él, que era bueno en todos los sentidos.

Un día el hijo mendigo regresó y el padre preparó un gran festejo. El hijo bueno volvía a casa desde la granja y alguien le dijo: "¡Mira la injusticia de tu padre! Tú le amas, le cuidas y le sirves, has permanecido con él, has sido absolutamente bueno, nunca has hecho nada en contra de su deseo, pero nunca ha preparado una fiesta para ti. ¡Sin embargo ha mandado matar al cordero más gordo para tu hermano, el que se descarrió y que ahora vuelve como un mendigo! ¡Y toda la casa lo está celebrando!".

El hijo, el hijo bueno, se sintió muy herido. Le parecía absurdo. Volvió a casa enfadado. Habló con su padre: "¿Qué estás haciendo? Nunca has dado una fiesta para mí, que te he servido, ¿y qué ha hecho por ti este otro hijo? Se gastó la herencia, se lo jugó todo, ¡y ahora vuelve a casa como un mendigo!".

El padre dijo: "Sí, porque tú estás tan cerca y eres tan bueno y eres tan feliz que no necesito preocuparme por ti. Sin embargo, mis oraciones y mi amor siguen al hijo que fue por el mal camino!".

Jesús solía contar esta historia a sus discípulos una y otra vez, porque, como él dijo, Dios puede olvidar a los santos, no hay necesidad de recordarlos, pero Dios no puede olvidar a los pecadores.

Se habla de Dios como de un padre, pero yo os digo que Él no es un padre, es una madre; un padre no es un fenómeno tan profundo como una madre, por eso los hindúes Le llaman madre -Dios es madre, actúa como una madre. Y Jesús dijo que siempre que un pastor va de vuelta a casa y una oveja se ha perdido, deja a todas las ovejas en el bosque, en la noche oscura, y va en busca de la que se ha perdido. Y cuando encuentra a la oveja perdida, la lleva sobre sus hombros y se regocija y vuelve a casa sintiéndose feliz, porque la que se había perdido ha sido encontrada. Siempre que sucede así -y todos somos ovejas perdidas- el pastor se regocija. Empiezan a llover flores.

 
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...y llovieron flores de  Osho   ...y llovieron flores
de Osho

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