A no ser que caigan sobre ti, no puedes verlas; y cuando las
veas cayendo para ti, verás que han estado lloviendo para todos los Budas, para
todas las almas iluminadas.
La primera verdad es que a la Existencia le importa lo que te
sucede. La existencia está orando continuamente para que te suceda lo Supremo.
De hecho, tú no eres otra cosa que una mano extendida por la Totalidad para
alcanzar lo supremo. No eres otra cosa que una ola que viene de la Totalidad
para tocar la luna. No eres otra cosa que una flor abriéndose, para que la
Totalidad se llene de fragancia a través tuyo.
Si puedes abandonarte a ti mismo, esas flores pueden llover
esta misma mañana, en este mismo momento. Los Dioses siempre están dispuestos.
Sus manos siempre están llenas de flores. Simplemente observan y esperan. Cuando
alguien se vuelve un Subhuti -vacío; cuando alguien está ausente, de pronto
empiezan a caer flores.
Éste es uno de los hecho básicos. Sin darse cuenta de ello no
hay posibilidad de confianza. Sin ello no hay posibilidad de que alguna vez
alcances la Verdad. A no ser que la Totalidad te ayude, no hay posibilidad de
que la alcances. ¿Cómo vas a alcanzarla? Y ordinariamente nuestras mentes
piensan justo lo contrario. Pensamos en la Totalidad como en el enemigo, no como
el amigo, nunca como la madre. Pensamos en la Totalidad como si la Totalidad
estuviera tratando de destruirnos. Miramos a la Totalidad a través de la puerta
de la muerte, no a través de la puerta del nacimiento. Pareciera como que la
Totalidad está contra ti, luchando contigo, no permitiéndote alcanzar tus metas
y propósitos, no permitiéndote tu plenitud. De aquí que continúes haciéndole la
guerra continuamente. Y cuanto más luchas, más verdadera te parece tu falsa
idea; porque si luchas, tu propia lucha te retorna reflejada en la
Totalidad.
La Totalidad te apoya, recuerda. Incluso cuando luchas, la
Totalidad te apoya. Incluso cuando luchas y estás equivocado, la Totalidad de
apoya. Ésta es la segunda verdad que hay que comprender bien. Si no lo
comprendes, te será difícil continuar. Incluso cuando luchas con la Totalidad,
la Totalidad te apoya; porque la Totalidad no puede hacer otra cosa que apoyar.
Si te descarrías, aún la Totalidad te cuida. Incluso si te descarrías, la
Totalidad va contigo. Si un niño se descarría, la madre aún se interesa por él.
Si el niño se vuelve un ladrón y está enfermo, la madre aún le cuidará, nunca le
dará veneno. Si el niño se descarría completamente, por el mal camino, la madre
aún orará por él. Ése es el significado de la historia de Jesús sobre los dos
hermanos.