Intenta comprender. Dijeron: "Te alabamos por tu discurso sobre
el vacío", y él no estaba hablando a nadie, no había nadie. No estaba hablándose
a sí mismo porque estaba vacío, no dividido. No estaba hablando en absoluto.
Simplemente estaba allí. Por su parte nada estaba siendo hecho, ninguna nube de
pensamiento atravesaba su mente, ningún sentimiento surgía en su corazón:
estaba simplemente como si no estuviera. Estaba simplemente vacío.
Y los dioses dijeron: "Te alabamos por tu discurso sobre el vacío". De forma que
él aún se sorprendió más y dijo: "¿Qué? Yo no he hablado del vacío, ¡yo no he
dicho nada!". Ellos dijeron: "Tú no has hablado y nosotros no hemos oído. Esto
es verdadero vacío" -Porque no puedes hacer discursos sobre el vacío, sólo
puedes estar vacío; ése es el único discurso. De todo lo demás se puede hablar,
todo lo demás se puede convertir en un sermón, un objeto de sermón, todo lo
demás puede ser comentado, discutido; pero no el vacío. Porque el esfuerzo mismo
de decir algo sobre él lo destruye. En el momento en que lo dices ya no está
allí. Una sola palabra, y el vacío se ha perdido. Incluso una sola
palabra puede llenarte, y el vacío desaparece.
No, no se puede decir nada sobre él. Nadie ha dicho nunca nada
sobre él. Sólo puedes estar vacío, y ése es el discurso.
Ser es el discurso. El vacío nunca puede convertirse en un
objeto del pensamiento. El estado de no-pensamiento es su naturaleza. Así que
los dioses dijeron: "Tú no has dicho nada y nosotros no hemos oído. ¡Ésa es su
belleza! Por eso te alabamos. Raramente sucede que alguien esté simplemente
vacío. Esto es verdadero vacío". Y él ni siquiera se daba cuenta de que era
vacío, porque si te das cuenta, algo extraño ha entrado en ello: estás dividido,
en partes. Cuando uno está realmente vacío no hay otra cosa que vacío, ni
siquiera la consciencia del vacío. Ni siquiera el testigo está allí. Uno
está perfectamente alerta, uno no está dormido -pero el testigo no está allí. Va
más allá de ser testigo, porque siempre que eres testigo de algo hay una ligera
tensión en tu interior, un sutil esfuerzo, y entonces el vacío es una cosa y tú
eres otra. Tú eres testigo de ello; no estás vacío. Entonces de nuevo el vacío
no es más que un pensamiento en la mente.
Algunos vienen a mí y dicen: "He experimentado un momento de
vacío". Y yo les digo: "Si tú lo has experimentado entonces olvídate de ello,
porque ¿quién lo puede experimentar? El experimentador es suficiente, una
barrera suficiente. ¿Quién lo puede experimentar?". El vacío no puede ser
experimentado, no es una experiencia, porque el experimentador no está allí; el
experimentador y la experiencia se han hecho uno. Es un
experimentando.