VOROTINSKI
Ha transcurrido ya un mes,
Desde que junto con su hermana,
Encerróse en un convento, abandonando
Todo lo mundano. No pudieron doblegar
Hasta ahora su opinión, ni el patriarca
Ni los boyardos más inteligentes. No cede
A las promesas suplicantes, ni a los rezos,
Ni a las plegarias de toda Moscú, ni a la voz
De nuestra santa Catedral.
En vano a su hermana le suplican
Bendecir a Boris para subir al trono.
La triste monja y zarina es
Firme como él, y como él, inconmovible.
Es evidente que el propio Boris,
Le inculcó ese temple, pero, ¿qué
ocurrirá
Si el propio soberano harto ya
De las graves preocupaciones del Estado,
No quiera. asumir el mando todopoderoso?
¿Qué dices tú de todo esto?