https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Andrés, Andresito, Andrés" de Pilar Benito (página 5) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Lunes 29 de abril de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10  11  12 
 

Bajó una ventanilla para que le diera un poco el aire. Hacía frío pero él estaba enojado. Nunca perdonaría a su madre el haberle forzado a vagar entre la muchedumbre. ¿Cuántos horrores le aguardarían?

Cuando salió de Chamartín, con su maleta de cartón atada por un cordel y su pretendido aire de entendido despistado, recordó de nuevo su habitación y el estómago se le hizo un rebujo. Había una larga hilera de taxis, pero él no quería empezar derrochando el poco dinero que había tomado prestado de la caja que su madre guardaba en el armario, entre las sábanas y las toallas, y cuya llave había localizado en la mesilla de noche de su progenitora tras una ardua búsqueda. Lo primero que había que hacer era encontrar un techo bajo el que cobijarse, para lo cual lo mejor sería llegar hasta algún barrio donde los apartamentos no fueran excesivamente caros. Pensión no quería en ningún caso, bastante harto estaba ya de su madre como para tener que aguantar a una patrona metiendo las narices en sus cosas.

Andrés ? Por favor, ¿podría usted indicarme el mejor camino para llegar a un barrio?

Mujer ? ¿A un barrio? ¿A qué barrio?

Andrés ? A cualquiera, bueno, a uno... no sé, normalito.

Mujer ? Pero, ¿qué dice usted? Este tipo está chiflado. Ande, déjeme, que tengo prisa.

Tiene prisa, claro, habrá alguien aguardándola en algún pisito calentito. Y yo aquí, perdido y solo, sin saber, como Segismundo, si es realidad o sueño este lío en el que me he metido. Aunque esta buena mujer puede ayudarme sin saberlo, la seguiré y a ver en dónde paro.

Así fue como montó por primera vez en un vagón de Metro. La mujer se había percatado de que la seguía e hizo dos o tres trasbordos. Andrés adivinó que estaba intentando confundirle y que al final le conduciría a una pista falsa, si antes no lograba perderle de vista. Así es que se sentó en un andén y la dejó marchar. Al fin y al cabo, allí sobraba gente a quien poder seguir. Buscó con los ojos. Pasaban de las tres de la tarde y sintió hambre al mirar el reloj. Montó en un nuevo vagón y no bajó hasta el final de la línea: Avenida de América, Prosperidad, Alfonso XIII... todo le sonaba a chino. Engulló un bocadillo de salchicha con una cerveza y embistió las calles a la hora de la siesta, con la maleta colgando cada vez más a plomo. Pateó toda la tarde de aquí para allá, tan mareado que no se daba cuenta de que era la segunda o tercera vez que doblaba la misma esquina, todas se parecían tanto.

 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10  11  12 
 
 
Consiga Andrés, Andresito, Andrés de Pilar Benito en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Andrés, Andresito, Andrés de Pilar Benito   Andrés, Andresito, Andrés
de Pilar Benito

ediciones Deauno Documenta

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com