Moraleja
La belleza es, para la mujer, un raro tesoro. Nadie se cansa
nunca de admirarla. Pero la gracia no tiene precio, pues es más valiosa
que la hermosura. Eso fue lo que otorgó a Cenicienta su madrina,
adiestrándola e instruyéndola tanto y tan bien que hizo de ella
una reina. (Porque también este cuento tiene una moraleja.) Bellas, ese
don vale más que un hermoso peinado para cautivar un corazón, para
alcanzar una meta. La gracia es un verdadero don de las hadas; sin ella nada se
logra, con ella, todo se puede lograr.
Otra moraleja
Es una gran honra el ser inteligente y valeroso, tener buena
cuna y buen sentido. Y disponer de otros talentos semejantes, recibidos en
herencia del cielo. Pero todo esto será en vano, y para vuestro provecho
de poco servirá, si no tenéis padrinos o madrinas para hacerlos
valer.