Esa actitud ante la vida es la que nos permitió tener una
actitud ante el sexo -tema conflictivo en las parejas, si lo hay- muy distinta a
la tan mentada fidelidad conyugal. Aunque la mayor parte de los matrimonios que
aparentan una cosa en poblico, hagan todo lo contrario en privado.
Nuestra pareja, basada en la libertad y el mutuo deseo de gozar
del sexo, nos permitió encarar el matrimonio de otra manera. Y fue Paul, con su
experiencia y habilidad, quien me hizo comprender y al convencimiento que no
tiene nada de malo tener algunas aventuras juntos o separados, con dos
condiciones: que no sea producto del engaño, y que ambos estén de acuerdo.
El nuestro, entonces, se transformó en un matrimonio
abierto.