En lo personal y en su vida pública se lo considera un hombre
cortés, mundano, de maneras exquisitas y trato casi cortesano. Y es que opina
que la cortesía y la caballerosidad son valores poco usuales aunque poco comunes
en los tiempos que corren. Tiene pocos amigos, porque considera a la amistad
como un tema muy serio y de cuidado.
Debo reconocer que nuestra relación comenzó por el lado de la
admiración que yo sentía por él. Admiraba su paciencia, su fortaleza, su
sensatez y su cordialidad. Me regocijaba en su inteligencia, en su conocimiento
de las cosas y de los hombres y en la forma natural que tenía de moverse con
soltura en cualquier lugar del mundo. Me fascinaba escucharlo y me deslumbraba
la manera directa y sin vueltas que tenía de ir al grano. En mi caso, de ir
directamente al punto, sin dar demasiados rodeos.