-Prisionero, ¿cuál es su nombre?
-Como debo perderlo mañana al amanecer, no creo que
valga la pena ocultarlo: Parker Adderson.
-¿Su grado?
-Más bien humilde. La vida de los oficiales de carrera
es demasiado preciosa para que se la exponga en el peligroso oficio de
espía. Soy sargento.
-¿De qué regimiento?
-Le ruego que me disculpe. Si le contesto, entiendo que
podría darle una idea de los efectivos que tienen al frente. Me he
introducido en las filas de ustedes para obtener y no para comunicar esa clase
de informes.
-Veo que no le falta chispa.
-Si tiene la paciencia de aguardar, le pareceré bastante
apagado mañana.
-¿Cómo sabe que debe morir mañana por la
mañana?
-Así se acostumbra con los espías capturados en
la noche. Es una de las bonitas reglas del oficio: