Si la guerra subversiva no es detenida a tiempo, se transforma en una guerra
política total y, más tarde, en guerra revolucionaria, con su brazo armado, las
guerrillas rural y urbana. Este esquema triunfante en el Sudeste asiático,
intentaría repetirse en Hispanoamérica y en particular en la Argentina, aunque
con diferente resultado. Todas estas situaciones harían que en la década del '70
se desarrollaran tres tipos de guerra de manera simultánea: la clásica guerra de
guerrillas rurales, como fue el caso de las acciones llevadas a cabo en los
montes tucumanos; la guerra urbana, nueva en lo que se refiere a su dimensión y
alcances, como también al número de ramificaciones con que contó, ya que pudo
infiltrarse en el principal movimiento de masas argentino: el peronismo; y la
tercera, la que se desarrolló en el ámbito de la cultura, para tratar de ganar
las mentes de la población, guerra por otra parte que aún se sigue
desarrollando.
Existen otros dos conceptos que deben ser diferenciados
con precisión, y son los de guerra y represión; esta cuestión es fundamental
para poder comprender acabadamente los acontecimientos argentinos a partir de
1975. Veremos oportunamente que todas las organizaciones subversivas hicieron en
repetidas oportunidades, claras alusiones acerca que ellos llevaban a cabo una
guerra popular y prolongada en contra de las autoridades legalmente
constituidas, sean de-facto o de-jure, como
también en contra del sistema pro-imperialista al que esas autoridades
representaban; por otra parte, el uso de la terminología militar era común y
frecuente dentro de los grupos subversivos. Términos como: combate, enemigo,
combatientes, prisioneros de guerra, bajas, y otros similares, no arrojan dudas
que para estas organizaciones se estaba desarrollando una guerra. Por otra
parte, en numerosas ocasiones los diferentes grupos han declarado el estado de
guerra contra las autoridades. Todo ello nos lleva a aceptar el concepto de
"guerra" para encuadrar su accionar.
Las organizaciones subversivas eran asimismo,
formaciones de estructura militar y contaron con aparatos económicos poderosos,
que a veces incluyeron financiamiento externo; sus grupos dirigentes eran
estables y reconocidos como cuadros militares superiores; utilizaban grados y
escalafones; recibieron instrucción militar especializada y tuvieron campos de
entrenamiento así como escuelas para cuadros y oficiales; montaron un aparato
logístico y de inteligencia como cualquier ejército regular o irregular en
cualquier parte del mundo.