Por último, la disciplina ha de ser comprendida como la
organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la
regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al
ejército.
Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por
cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado. Por lo
tanto, al trazar los planes, han de compararse los siguiente siete factores,
valorando cada uno con el mayor cuidado:
¿Qué dirigente es más sabio y capaz?
¿Qué comandante posee el mayor talento?
¿Qué ejército obtiene ventajas de la naturaleza y el
terreno?
¿En qué ejército se observan mejor las regulaciones y las
instrucciones?
¿Qué tropas son más fuertes?
¿Qué ejército tiene oficiales y tropas mejor entrenadas?
¿Qué ejército administra recompensas y castigos de forma más
justa?
Mediante el estudio de estos siete factores, seré capaz de
adivinar cual de los dos bandos saldrá victorioso y cual será derrotado.
El general que siga mi consejo, es seguro que vencerá. Ese
general ha de ser mantenido al mando. Aquel que ignore mi consejo, ciertamente
será derrotado. Ese debe ser destituido.
Tras prestar atención a mi consejo y planes, el general debe
crear una situación que contribuya a su cumplimiento. Por situación
quiero decir que debe tomar en consideración la situación del campo, y
actuar de acuerdo con lo que le es ventajoso.