Debido a que había varias iglesias cerca (en Salvador
actualmente existen 276 iglesias), los padres jesuitas pidieron el traslado del
"pelourinho" a un convento, ya que según ellos, los gritos de los
azotados perturbaban las misas y las ceremonias religiosas.
El "pelourinho" cumplió esa triste función desde 1570 a
1837.
Ahora cuando uno pisa en ese espacio amplio, que es el "Largo
do Pelourinho", en el centro del barrio del mismo nombre, sobre esos
adoquines que fueron testigos de esa historia, se puede escuchar, en la brisa
cálida de Salvador, claramente, la canción del grupo "Dendê Diet":
"...Cada piedra de Pelourinho es una Biblia exacta, cada piedra que rodó es
una historia de sangre y sudor; una piedra es una lágrima, otra un grito de
dolor de cada Cristo, negro Cristo, que por aquí pasó..."
Cuando fui tomando conocimiento de toda la historia de los
negros en América, me dio un a especie de vergüenza ajena. Vergüenza de
pertenecer a una raza que no sólo los sojuzgó, los humilló durante generaciones,
los torturó y los mató, sino que aún ahora siente que es superior!... y quiere
continuar con métodos, sutiles (y a veces no tanto), de opresión.
Porque ese color oscuro de la piel es la causa de que tengan
"mal olor cuando transpiran"; porque "son muy buenos para la música y el
deporte", pero que en otras cosas no se metan porque de eso entendemos nosotros
los blancos; porque un negro si no te ca.. en la entrada te ca.. a la salida,
etc.
Todavía tenemos que pedir perdón por lo que nuestros
antecesores blancos hicieron con los negros y agradecer que los negros de la
actualidad no nos odien por ese pasado, que aunque lejano, los dejó postergados
hasta la sociedad actual.