Y Bahía es la cuna del candomblé, religión originaria de África
que fue traída por los esclavos a Brasil. El candomblé anda por las calles, a
toda hora, en los bares, en las ropas, en los adornos, en la música, en los
bailes, en las costumbres... No es una religión que sólo se practica en un lugar
determinado, una vez por semana, o dos o cinco. Es algo que el pueblo
(mayoritariamente negro) lo lleva consigo a todos lados, en el alma. Así como
lleva su historia de la que, inclusive, existen testimonios siempre presentes.
Como el "Pelourinho". Este es el nombre del barrio
histórico de Salvador (BH), con hermosas construcciones coloniales, estilo
barroco portugués, hoy todas espléndidamente recicladas, donde funciona gran
parte de la actividad cultural diurna y nocturna; y donde se pueden encontrar
bailes, batucadas y caipiriñas hasta el amanecer.
El centro de este barrio que, en la actualidad atrae a tantos
turistas del mundo entero por su música y por la belleza arquitectónica, fue
durante mucho tiempo lugar de castigos crueles y humillaciones públicas.
El término "pelourinho" es el nombre dado al lugar donde
los esclavos eran castigados por los amos de los ingenios.
Consta de una columna, sobre una base redonda con tres
escalones y remata en el extremo superior en un capitel con flores o rostros
tallados en bajorrelieve. Generalmente son de piedra, pero también pueden ser de
madera y tienen una altura de alrededor de dos metros.
El "pelourinho" se construía dentro de los ingenios,
lejos de la ciudad. Pero para demostrar a la población su fuerza y poder, los
portugueses resolvieron construir un "pelourinho" en el centro de la
ciudad. A partir de ese momento los esclavos eran castigados en plaza pública
para que todos pudieran presenciar tal demostración.