-El sufrimiento es desagradable, sin duda. Siempre me causa un
malestar más o menos grande.
Pero mientras vivimos, más expuestos estamos al
sufrimiento. Lo que usted llama morir es, sencillamente, el último
sufrimiento. Morir, en realidad, es algo que no existe. Suponga, por ejemplo,
que yo trato de escaparme. Usted levanta el revólver quedisimula con
tanta cortesía sobre sus rodillas y...
El general se ruborizó como una muchacha, luego
rió suavemente mostrando sus dientes brillantes, inclinó su
hermosa cabeza y nada dijo.
El espía continuó:
-Usted dispara, y yo tengo en mi estómago algo que no he
tragado. Caigo, pero no estoy muerto.
Después de media hora de agonía, estoy
muerto.
Pero en cualquier instante dado de esa media hora, yo estaba
vivo o muerto. No hay período de transición.
"Mañana por la mañana, cuando me ahorquen,
ocurrirá exactamente lo mismo. Mientras esté consciente,
viviré. Una vez muerto, estaré inconsciente.
La naturaleza parece haber arreglado las cosas de acuerdo con
mis intereses... Como yo mismo las habría arreglado... -Es tan simple
-agregó con una sonrisa- que se diría que apenas importa que a uno
lo cuelguen."