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Quiero hacer aquí breve mención de otra enfermedad que se presenta en el alto Sertáo, el llamado ar o estupor. Así designan los sertanejos los ataques de parálisis repentina, muy frecuentes después de un resfriado y que se tornan en ocasiones bastante graves. Varias veces fuimos testigos de tales parálisis de los brazos, la lengua y los dedos de los pies. Nos asustamos mucho por la intensidad de los ataques pero asimismo nos sorprendió la rapidez con que cedieron mediante un baño caliente, un sostenido método sudorífico, un sinapismo o friegas amoniacales. Naturalmente, los sertanejos son menos afortunados en el tratamiento de casos semejantes, pues de ordinario sólo combaten la enfermedad con remedios caseros de acción débil y a menudo empeoran el mal por su excesivo empleo de ipecacuana y tartarus emeticus, la panacea más generalizada. Por otra parte la naturaleza les ha brindado un caudal de eficaces plantas medicinales, muy valoradas por los médices y varias de las cuales podrían ir a engrosar en el futuro la farmacopea de Europa. |
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Consiga En el Sertão de Karl Friedrich Philipp Von Martius en esta página.
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