Posteriormente abordamos el proceso de socialización al
interior de los centros penitenciarios, subrayando la importancia que desempeña
la imagen, el rol y la jerarquía. Estos tres niveles se convierten en un aspecto
determinante para el aprendizaje de la socialización e interacción entre los
internos y las autoridades de un mundo subyacente cuyas condiciones y exigencias
se encuentran reservadas para la gran masa de excluidos del sistema social.
De igual manera, hacemos un análisis descriptivo de la vida al
interior de la prisión, partiendo de la información numérica de la población
penitenciaria, el propósito radica en reflexionar en torno de las condiciones,
características y relaciones que establece el interno y su espacio, en función
tanto del contexto del que provienen, como el de las estructuras operativas,
estrategias y de organización y tratamiento de readaptación social al que son
sometidos los internos, puntualizando las condiciones de inflexión que provocan
la dislocación entre reclusión, educación y trabajo, preceptos básicos que
sostienen el fin último de vida en prisión y la readaptación social.
El capítulo quinto; La prisión una perspectiva sistémica,
interpretamos el mundo de la prisión como parte de la organización social, en el
que a la prisión como un sistema social que se encuentra en constante
interacción con otros sistemas, tanto externos como internos (medio ambiente,
internos, lenguaje, código, costumbres etc.), es visto como un principio de
influencia y determinación de las acciones y condiciones internas en la prisión,
debido en parte, a la estructura de la compleja organización de intercambio y
comunicación establecida entre el sistema y los sujetos.
En consecuencia, abordamos a la prisión como un sistema cerrado
cuya organización social se encuentra orientada por una red de relaciones cuyos
valores y actitudes compartidas son determinados por la estructura material y
espacial de la prisión. Se trata de un sistema de organización social que
lleva implícito el castigo en su organización formal y al interior de esta como
subsistema de la organización, subyace una organización informal marcada por la
interacción y el comportamiento de los internos. Así, la prisión como un sistema
impone sus propias relaciones de organización, mecanismos de interacción y su
propia lógica de lenguaje y con ello funciones básicas y necesarias para la
reproducción y manutención del sistema como tal. Para esto, nos apoyamos en
conceptos como la autopollésis, comunicación, tránsito y acoplamiento
estructural. Desde esta perspectiva pretendemos explicar la lógica de la
organización dentro de la prisión, utilizando los elementos teóricos de la
teoría de sistemas con el propósito de analizar la readaptación social.