También nos damos a la tarea de elaborar un análisis de las
características y los componentes prácticos de operación de los centros
penitenciarios, con el propósito de dejar al descubierto, por un lado el
discurso legal que se ocupa de la pena y por el otro el discurso implícito del
castigo contenido en la cultura propia de la institución carcelaria, el cual es
legitimado, reproducido, apropiado y practicado por sus propios pobladores.
Hablamos de un castigo expresado mediante un tratamiento humanizado, y sostenido
bajo una nueva concepción de la reorganización del espacio carcelario, se trata
de un espacio que transita de un ejercicio impúdico a un ejercicio púdico del
castigo, que va del cuerpo al alma del condenado.
En el capítulo cuarto titulado: Una cartografía de la población
penitenciaria en el Estado de México, partimos de una reseña histórica de las
características de los Centros de Prevención y Readaptación Social, así como de
la población que se encontraba recluida hasta el momento de nuestra
investigación. Así, el propósito de éste capítulo consiste en mostrar las
condiciones estructurales en las que se encuentran los internos y los factores
que contribuyen a que los esfuerzos en materia de tratamiento del delincuente
disten de la realidad discursiva, y para ello mostramos las características
generales y los rasgos constitutivos de la población penitenciaria, todo con la
finalidad de observar como estos pobladores corresponden a un perfil de sujetos
cuyas características generales corresponden a lo que en el capítulo anterior
especificamos como población excluida del beneficio social.
También mediante estas características, poder demostrar el
carácter cerrado y coercitivo de la prisión y al mismo tiempo definir las
condiciones sociales y la situación objetiva de marginación que afecta a las
personas privadas de su libertad; para lograr tal objetivo nos apoyamos en los
datos obtenidos de los expedientes de los internos, así como en entrevistas y en
el trabajo de observación de campo.
Bajo esta perspectiva de análisis, nos preguntamos ¿Quiénes son
sus pobladores?, y damos respuesta mediante el análisis de la distribución de la
población penitenciaria en función de su situación jurídica, tipo de delito
cometido, la edad, el sexo, el estado civil, lugar de origen y la sentencia
dictada. El resultado del cruce de estas variables nos permitirá mostrar más que
la construcción de un perfil del delincuente con el que se muestre la condición
natural del criminal, según los registros y las perspectivas teóricas
conservadoras, demostrar que más que indicadores individualizados de
caracterización de conductas basadas en rasgos patológicos, son indicadores de
criminalidad utilizados para subrayar la exclusión, segregación social y
estigmatización de sujetos con una determinada condición social, cultural y
económica.