De los siguientes faraones nada se sabe de sus reinados, pero
serán famosos por las monumentales pirámides que mandaron a construir en Giseh,
al norte de las anteriores. La monumentalidad de esas pirámides debió haber
exigido un costo que es signo de épocas muy prósperas. Los métodos empleados
para el transporte de los bloques, la cantidad de mano de obra y el tiempo
empleado en las construcciones, continúa siendo un enigma, a pesar de todos los
cálculos y estimaciones que se vienen haciendo desde Heródoto, que después de su
visita en el siglo V a de C. arriesgó opiniones sobre método de construcción y
cifras de obreros y años de trabajo. Al margen de cualquier estimación se acepta
el criterio que no fueron construidas bajo régimen coercitivo por obreros
esclavos, que pueden haber sido utilizados en las obras, pero por el carácter
religioso del culto a los muertos debió contar con el consenso y aporte de la
población.
Las grandes pirámides toman el nombre del faraón para quién fue
construida. Keops es la mayor con 137 metros de alto y 233 mts. a cada lado de
la base. Kefrén tiene 136 metros de altura y 210 mts. de base en los lados.
Micerino es mucho más pequeña, tiene 62 metros de altura y 108 en las bases.
Pero es la más rica en su interior, se salvó del saqueo y se lo encontró
intacta. Como se ha señalado, al monumental conjunto arquitectónico lo completa
la esfinge, majestuoso monumento en piedra que representa una cabeza humana (se
considera que el rostro corresponde al faraón Kefrén) y cuerpo de león que en
total tiene 74 mts. de longitud y 20 mts. de alto. Los recintos donde se
encontraban los faraones eran secretos y había que recorrer un laberinto de
galerías con trampas para evitar la profanación. Esto obligó a muchos esfuerzos
en trabajo y aportes financieros a las que siguieron leyendas de muertes por el
pecado de profanación. Pero a pesar de todos estos esfuerzos cuando muchos
arqueólogos llegaban a los recintos reales sólo encontraban las momias, algunas
intactas, pero el oro de los sarcófagos y las joyas ya habían sido saqueado. Por
otra parte, gran cantidad de sarcófagos, momias, esculturas, relieves y objetos
de arte, fueron llevado a Europa por las ocupaciones de franceses e ingleses en
Egipto. Si se recuerda una imagen muy común que es la máscara de oro del rostro
de Tutankhamon, ampliada en una estela de adorno, que además contenía otras
piezas de oro y joyas del ajuar funerario, se tendrá idea del tesoro que
significaba un sepulcro real. La tumba de este faraón, el último de la XVIII
dinastía, se descubrió virgen en el Valle de los Reyes, en la margen izquierda
del Nilo frente a Tebas, con toda la riqueza arqueológica que puede verse en
tierra egipcia en el museo del El Cairo.
Desde fines del segundo milenio a. de C. ya no se construyen
pirámides sino sepulcros y templos algunos con monumentales figuras tallados
directamente en la roca virgen. Uno de estos monumentos el de Abu Simbel debió
ser cortado en trozos y transportarlo de su lugar de origen a otro más alto para
salvarlo de la inundación que produciría la represa de Asuam. Todos estos
templos y monumentos conforman otro parque arqueológico y artístico de
extraordinario valor y belleza, diferente al de las simétrica y lisas pirámides,
pero no es nuestro tema. Tampoco por las características de este trabajo podemos
ampliar más sobre las pirámides, su desarrollo exige cientos de folios.
Fin de Las Pirámides de Gizh.