El camino de San Fernando a Cumaná pasa por un valle despejado y húmedo, en medio de pequeñas sementeras. Atravesamos de vado gran cantidad de arroyos El termómetro no se sostenía a la sombra más arriba de 30"; pero estábamos expuestos a los rayos directos del sol, pues los bambúes que bordean el camino ofrecían muy poco abrigo, y sufríamos mucho del calor. Pasamos por la aldea de Arenas, habitada por indios de la misma raza que los de San Fernando; pero Arenas no es misión, y los indígenas, gobernados por un cura, están allí no tan desnudos y más educados. Su templo es conocido en el país, a causa de algunas pinturas informes. Un angosto friso incluye figuras de armadillos de caimanes, jaguares y otros animales del Nuevo Mundo.
En esta aldea vive un labrador, Francisco Lozano, que presenta un fenómeno de fisiología digno de sorprender la imaginación, aunque esté muy de acuerdo con las leyes conocidas de la naturaleza orgánica. Este hombre ha criado un hijo con su propia leche. Como había enfermado la madre, el padre, para calmar al niño, lo llevó a su cama y lo estrechó contra su pecho. Lozano, de treintidós años de edad, no había notado hasta ese día que tuviese leche pero la irritación de la tetilla ocupada por el niño produjo la acumulación de ese líquido. La leche era consistente y fuertemente azucarada. Admirado el padre de ver engrosar la tetilla, hizo mamar al niño por cinco meses, dos o tres veces al día. Esto llamó la atención de sus vecinos, mas no imaginó, como lo hubiera hecho en Europa, aprovechar esa curiosidad que excitaba. Hemos visto el acta levantada localmente para probar este hecho notable. Los testigos oculares viven todavía, y nos han asegurado que mientras duró la lactancia no recibió el hijo ninguna otra alimentación que la leche del padre Lozano, que no se hallaba en Arenas cuando viajamos a las misiones, fue a visitarnos a Cumaná. Le acompañaba su hijo, que tenía ya de trece a catorce años. El señor Bonpland examinó con cuidado el seno del padre, y lo halló arrugado, como en las mujeres que han criado. Observó que la mama izquierda sobre todo estaba muy dilatada. lo que nos explicó Lozano por el hecho de que nunca las dos mamas suministraron leche con igual abundancia. Don Vicente Emparan, gobernador de la provincia, envió a Cádiz una descripción detallada de este fenómeno.