PARTE PRIMERA
LA PAZ
LIBRO PRIMERO
LA FUENTE ARETUSA
I
Mecíase la Nave-teatro, inmensa y adornada de flores,
sobre las argentadas ondas del mar de Sicilia; y desde la orilla seiscientas mil
voces aclamaban el coro antiguo, la antigua rapsodia de Homero el divino.
Porque allí estaba el pueblo entero de Siracusa,
ardiente y vibrante, entusiasta y sensible, igual aún, después de
cuatro siglos, al que salió del cabo dorio, y conservando, de su estirpe
griega, lo mejor de su alma y de su genio: el imperecedero amor a la
libertad.