En medio de esta complejísima e intrincada situación, los episodios de Raffles nos hablan de la luz de gas y de la novísima iluminación eléctrica; del Jubileo de Diamante y de las rivalidades con Alemania; del patriotismo y del entusiasmo deportivo; de la difusión de la bicicleta; de los diamantes y el oro sudafricanos. A Hornung le basta una frase para registrar una circunstancia plena de matices: Bunny, al caminar por Earl's Court Road, confiesa su frustrada mentalidad de gentleman cuando, luego de tantas vicisitudes, vuelve a codearse con "hombres trajeados y señoras con guantes". No cabe duda de que estas ficciones documentan el espíritu de un período íntegro; son un testimonio incomparable de la década final del siglo XIX inglés porque son buena literatura, en la que prevalece una indiscutida destreza narrativa y una excepcional capacidad de observación. Muy poco -acaso nada- ha quedado fuera de un cuadro tan vivo, tan variado.
4. Texto y bibliografía
E. W. Hornung reunió las historias de Raffles en tres volúmenes: Raffles, the Amateur Cracksman fue seguido por A Thief in the Night (1905) y por Mr. Justice Raffles (1909). A ellos puede agregarse Stingaree, que registra anécdotas similares cuya acción transcurre en Australia. Para Orwell, sólo la primera colección mencionada tiene "la atmósfera verdadera" y, en consecuencia, es la única plenamente satisfactoria. De ella se han tomado los cuentos de la presente selección. Se ha utilizado la edición de Penguin Books, aparecida en 1936 y reimpresa en 1948, 1950 y 1952. Los relatos escogidos, en el texto original, se titulan: "The Ides of March", "A Costume Piece", "Te premier pas", "Nine Points of the Law", "No Sinecure", "A Jubilee Present" y "To Catch a Thief".
Las aventuras de Raffles han gozado de amplia difusión. Fueron reproducidas en diversas lenguas por revistas populares de gran circulación. Se las llevó al cinematógrafo, protagonizadas sucesivamente por John Barrymore, Ronald Colman y David Niven. Recientemente Graham Greene las adaptó para el teatro, con el título de The Return, of A. J. Raffles. No obstante, el nombre de está ausente de casi todos los repertorios generales de literatura inglesa y fue omitido en el suplemento respectivo del casi infalible Dictionard of National Biography. Referencias circunstanciales se pueden obtener en la autobiografía de Arthur Conan Doyle, Memories and Adventures (Londres, 1924), y en el libro de John Dickson Carr, La vida de sir Arthur Conan Doyle (traducción española: Santiago de Chile, Zig-Zag, 1950). Sobre la composición de estos relatos buede consultarse el utilísimo trabajo de A. E. Murch. The Developmet of tlie Detective Story (Londres, 1958), págs. 194-195. Las observaciones de Murch son reproducidas casi exactamente por Alberto del Monte, en su Breve historia de la novela policiaca (traducción española: Madrid, Taurus, 1962), pág. 123. De todas maneras, el mejor comentario sigue siendo el que George Orwell escribió en 1944, incluido en sus Ensayos críticos (traducción española: Buenos Aires, Sur, 1948).
Sobre la época, pueden consultarse: Holbrook Jackson. The Eighteen Nineties (Londres, 1913); Esmé Wingfield-Stratford, The Victorian Sunset (Londres, 1932); y el capítulo final de E. F. Benson, As We Were (Londres, 1930). Sobre la narrativa del período, conviene citar a Madeleine L. Cazamian, cuyo volumen segundo de Le roman et les idées en anglaterre trata l'anti-intellectualisme et l'esthéticisme (París, 1935).
JAIME REST