-En ni¡ país, sí; pero ahora, estamos en un rinconcito de la vieja España. Este campo fue donado por Carlos V a los herederos de doña María Saltonstall. Mire usted en torno suyo. Este pórtico, estos largos paredones de la antigua casa, son obra del viejo Salem, capitán de un barco dedicado a la pesca de la ballena, -uno de los principales traficantes en ese negocio. Pero el centro, el corazón del edificio, lo mismo que la vida que anima el vicio patio, es español. La familia de doña María, los Estudilíos y Gutiérrez, siempre llevó a mal y -miró con majos ojos esta alianza con el capitán yanqui, aunque éste mejoró notablemente el campo cuadruplicando su valor; así es que desde su muerte siempre se han opuesto a que se repita la intervención de un extranjero. Y no es que este prejuicio familiar pese mucho en el ánimo de Maruja y llegue a ser un obstáculo Para que se una a cualquier extranjero si un día tiene ese capricho, no; española, ante todo y sobre todo, en sus ideas, en su gracia y en su parte, corre por sus venas, sin embargo, la, sangre del viejo Salem para, que se rebele contra, toda ley y autoridad, y consienta, en -violentar sus naturales inclinaciones, Maruja no tiene hermanos; ella, es la única, heredera, de la casa y de los bienes a, ella anejos, aunque, conforme a las leyes de su país nativo, sus hermanas tendrán su dote en otra propiedad que es extensísima.
-Entonces, el capitán Carroll. aun haría, un buen negocio con Amita- Observa el escocés.
-Si no lo arriesga, y lo pierde todo con Maruja. Es muy española Amita, y por lo tanto muy celosa, para, que, perdone una semejante defección, aunque sea, un momentáneo abandono.
Esta manera de hablar lleva, 3,¡ ánimo del escocés la casi seguridad de, que el señor Raymond se expresa así convencido Por la triste experiencia. ¿ Cómo, si no, podía este joven, con su s atractivos físicos, su sólida cultura y esmerada educación, y con su merecida fama, profesional, no haber aprovechado su estancia, tan prolongada, en compañía de Maruja para lograr ser su indiscutible favorito?
-Y existiendo esta terminante oposición por parte de los parientes de Maruja a que se case con los compatriotas de usted, ¿cómo se concibe que la, madre exponga a sus hijas, abandonándolas a su fascinadora influencia ?-dice, como de pasada, el viejo a su compañero-. Por que las niñas parecen gozar de la omnímoda libertad americana.
-Quizás sea ésta la causa de que ellas sean las menos dispuestas a aceptar al primero que se les presente. Aún queda en la familia, como una reliquia de las costumbres de su país la típica dueña española encargada de guardar a las doncellas... Y ésa, es tanto más respetable por cuanto es invisible... Es un hecho misterio so, pero seguramente cierto e invariablemente repetido, que tan pronto como uno se acerca secretamente a. una, de las jóvenes- excepto a Maruja- recibe su correspondiente aviso de Pereo.
-¡ Cómo! ¿El despensero? ¿Ese que parece un indio? ¿Un criado?