23) 429
Bajeza del hombre: hasta someterse a los animales, hasta
adorarlos.
317) 430
En P. R. a (Comienzo, después de haber explicado la
incomprensibilidad). - Las grandezas y las miserias del hombre son tan
evidentes, que es necesario que la verdadera religión nos enseñe que hay en el
hombre tanto un gran principio de grandeza como un gran principio de miseria.
Por lo tanto, es necesario que ella nos dé razón de esas asombrosas
contrariedades.
Es necesario que, para tornar al hombre feliz, ella le muestre
que hay un Dios; que estamos obligados a amarlo; que nuestra única felicidad
consiste en estar en él, y nuestro único mal en estar separados de él; que ella
reconozca que estamos llenos de tinieblas que nos impiden conocerlo y amarlo; y
que, porque nuestros deberes nos obligan a amar a Dios y nuestras
concupiscencias nos apartan de este amor, nosotros estamos llenos de injusticia.