Cuando para las cuestiones tácticas se desarrolle una doctrina
permanente las preocupaciones militares mudarán a otros niveles superiores con
mayores exigencias. Es en este nivel que la asistencia al comandante se hace más
necesaria y especializada, lo que permitirá el desarrollo del Comando como la
institución que modernamente conocemos.
Los Medios de
Comunicación
Los medios de comunicación establecen las capacidades de
alcance, velocidad, confiabilidad y procesamiento de órdenes, información y
coordinación necesarias para gobernar el cuerpo armado.
Mientras las acciones militares se encuentren dentro del rango
de comunicaciones verbales y con efectos a la vista del comandante los
asistentes sólo cuentan como extensiones de la voz del comandante. En cuanto los
medios de comunicación permiten el ejercicio de comando en áreas de operaciones
mayores, los asistentes no sólo deben poder repetir las órdenes sino que deben
tener la habilidad de comprenderlas; deben, además, desarrollar la capacidad de
entender el plan de operaciones para poder representar al Comandante
efectivamente en los sectores que se encuentran más allá de su campo visual y la
comunicación inmediata.
La mayor capacidad de los medios de comunicación requiere que
el Comando desarrolle una estructura capaz de regir esos medios bajo una
efectiva red que permita comandar y controlar a la fuerza armada en espacios
físicos extendidos.
La Profesionalización
La aparición de los ejércitos permanentes y el desarrollo del
arte de la guerra obligan a que los mandos de todos los niveles se
profesionalicen.
La continuidad de las actividades militares en paz y en guerra
requieren de rutinas y habilidades para su mejor funcionamiento, cuanto mayor
sea tiempo dedicado a ellas mejores resultarán. Para disponer de ese tiempo de
atención se debe ofrecer la vida militar como un medio de subsistencia, a partir
de allí se podrá entrenar a los integrantes de la fuerza en tareas
especializadas.