?He venido para hablar persuasivamente con el rey, y es triste
que el rey se haya dejado llevar de la cólera; pero no por eso dejaré de decir a
Vuestra Majestad lo que tengo que decirle.
?¡Vuestra dimisión! ¡vuestra dimisión! ?gritó el soberano.
?Sire ?replicó D'Artagnan, ?ya sabéis que no estoy apegado a mi
empleo; en Blois os ofrecí mi dimisión 01 día en que negasteis al rey Carlos el
millón que le regaló mi amigo el conde La Fere. '?Pues venga inmediatamente.
?No Sire, porque no es mi dimisión lo que ahora estamos
ventilando. ¿No ha tomado Vuestra Majestad la pluma para enviarme a la Bastilla?
¿Por qué, pues, muda de consejo Vuestra Majestad?
?¡D'Artagnan! ¡gascón testarudo! ¿quién es el rey aquí? ¿vos o
yo?
?Vos, Sire, por desgracia.
?¡Por desgracia!
?Sí, Sire, porque de ser yo el rey...
?Aplaudiríais la rebelión del señor de D'Artagnan, ¿no es así?
?¡No había de aplaudirla!
?¿De veras? ?dijo Luis XIV encogiendo los hombros.
?Y ?continuó D'Artagnan, ?diría a mi capitán de mosqueteros,
mirándole con ojos humanos y no con esas ascuas: "Señor de D'Artagnan, he
olvidado que soy el rey: he bajado de mi trono para ultrajar a un
caballero".
?¿Y vos estimáis que es excusar a vuestro amigo el sobrepujarlo
en insolencia? ?prorrumpió Luis.