Es muy difícil para nosotros, los seres humanos,
entender que la energía del Amor es la esencia del Universo, y por
consiguiente, también la del planeta, la de las plantas, la de los
animales, la de nosotros mismos, y la de todos los seres incorpóreos que
sabemos que existen pero que no queremos complicarnos con eso, pero que reciben
nombres muy diversos, y por aquí nos gusta llamarlos ángeles,
duendes, gnomos, arcángeles, almas, ánimas, apariciones,
espíritus, energías, y muchos otros apodos de acuerdo a las
diferentes culturas, formando parte de esa "no- existencia", que
también es Puro Amor como nosotros.
Un libro no puede enseñarnos casi nada, lo que
enseña es la experiencia, y de eso se trata este ensayo, de contar las
experiencias de un soñador de sueños posibles y que no quiere
renunciar a esos sueños, y como los poetas soñamos por nosotros y
por quienes tienen la osadía de leernos, quizás puedas encontrar
entre estas páginas algo que te recuerde, como a mi que
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