Hay síntomas claros de lo que estoy afirmando, pero
estamos tan inmersos en las urgencias, que ni siquiera los notamos. Por ejemplo,
es muy común hoy en día ver como la mayor parte de nosotros
quisiera estar en otro lugar, con otra gente, o con otra pareja, haciendo otro
trabajo, en fin, todos queremos otras cosas, pero eso no tiene que ver con que
nos conformemos o no con lo que tenemos, o lo que somos, en realidad es que
seguimos buscando afuera lo que solamente podremos encontrar en nuestro
interior.
También hacemos hincapié en las diferencias y
similitudes que tenemos con los demás, sobre todo con los que gozan de
alguna fama, pero no lo tomamos como dice Joan Manuel Serrat en Te
guste o no, "…me caes bien por ambas cosas, lo común me
reconforta, lo distinto me estimula…", entonces no se nos ocurre
otra cosa que desear o detestar lo del otro, pero sin hacer nada con
nosotros.