Jill se sentó y miró a Jack con cara tan suplicante que el
muchacho accedió de inmediato, lanzándose cuesta abajo.
?¡Es maravilloso! ¡Una vez más! ?exclamó Jill, entusiasmada por
los gritos de un grupo de patinadores que pasaba cerca de ellos.
Estaban tan orgullosos que iniciaron el descenso
distraídamente. Jill olvidó aferrarse a su compañero y éste de guiar su trineo
con cuidado.
Nadie supo cómo ocurrió, pero trineo y ocupantes cayeron en
medio de la carretera. Se oyeron dos gritos y luego silencio...
?¡Sabía que terminarían así! ?exclamó Joe. Y moviendo
desesperadamente sus brazos, gritó?: ¡Accidente, muchachos! ¡Accidente!
El grupo corrió a socorrerlos. Jack tenía una herida en la
frente, que sangraba, y trataba de sentarse para ver dónde estaba Jill.
El grupo que lo rodeaba se apartó para dejarlo ver a su amiga
tirada sobre la nieve. No se le veían heridas, y cuando le preguntaron si estaba
muerta, contestó:
?Creo que no... Y Jack, ¿está herido?
?Se rompió la cabeza ?contestó Joe por él.
Jill cerró los ojos, y con voz muy débil dijo:
?No se preocupen por mí... Vayan a cuidarlo a él.