Jack trató de reír, pero no pudo, aunque consiguió decir
alegremente:
?Qué bueno es. No quise prestarle a "Centella" por temor de que
me lo rompiera... Creo que no necesitaré de sus restos para recordar la caída.
¡Ojalá nos hubieras visto, mamá! Debió haber sido algo emocionante... para
mirar.
?No, gracias. Ni siquiera quiero imaginármelo ?repuso la
señora?. Nada de travesuras por un tiempo.
?Lo sé. ¡Fui un tonto al bajar esa pendiente!
?A veces algunas diversiones cuestan caras, hijo. Otra vez
mantente firme ante los deseos de Jill.
?Lo recordaré, mamá. ¿Está muy mal Jill?
?Mañana lo sabremos, esperemos que el daño no sea grande.
?Me gustaría saber que tiene un lindo dormitorio... Debe ser
triste vivir en esos cuartos tan pequeños ?dijo Jack, mirando su habitación
llena de comodidades.
?Me ocuparé de que no le falte nada, y ahora trata de dormir,
que te hará bien ?repuso su madre.
Jack cerró los ojos, obediente, y luego de unos minutos el niño
yacía tan inmóvil que su madre creyó que dormía, pero de pronto vio que una
lágrima se deslizaba por su mejilla.
?¡Hijo! ¡Qué tienes! ?exclamó, angustiada, la madre.