-Vale la pena tener una mamá como la señora Minot -comentó
Molly, que llegaba en su trineo con Boo. Sabía lo que decía, pues era huérfana y
cuidaba a su hermano Boo con cariño y paciencia.
-¡Es tan buena! -exclamó Merry.
-Especialmente cuando organiza una fiesta -dijo Joe, tratando
de ser amable y temiendo que no lo invitaran.
Todos rieron, luego entre bromas y risas el grupo se
dispersó.
-Jack, llévame por esa bajada. Joe dijo que no me atrevería a
ir por ahí y quiero demostrarle lo contrario -pidió Jill, cuando se detuvieron a
descansar durante la ascensión del cerro.
-Es demasiado peligrosa. Sube y daremos una vuelta por el lago
-propuso Jack indicándole a "Centella", nombre con el que había bautizado a su
trineo.
-No puedo permitir que Joe diga que no me atrevo a hacer algo.
Si tú tienes miedo, iré sola.
Y antes de que él pudiera contestar, ella subió al trineo y
partió velozmente por la pendiente peligrosa. No llegó muy lejos, porque se
apuró demasiado en partir y no guió como debía. La niña rodó por la nieve, donde
permaneció riendo hasta que Jack vino a ayudarla a ponerse en pie.
-Si insistes en ir, te llevaré. No tengo miedo porque he bajado
muchas veces esta pendiente con los muchachos. Pero desistimos de hacerlo porque
es corta y mala -replicó Jack con valentía.