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todo externamente parecía seguir su curso normal, pero puedo asegurar que mi espíritu y mi corazón, no se apartaron por un solo segundo de mi lugar de guardia, continuamente estaba orando en mi interior por su eterno descanso de pie junto a él y aún en medio de las facturas, remisiones, concentrados de datos y todo lo que se requiere en una oficina, no me alejé un solo instante del sitio que se me había dado por no sé qué misteriosa gracia…
Durante mi día normal, procuro tener al menos tres tiempos fuertes de oración, en ellos mi oración se intensificaba con más fuerza por Michael, pero también se intensificaba más mi dolor por su partida, ¡cuánto sufría por mi incapacidad de no poder despertarlo y levantarlo, cuánto lloré por verlo inerte y frío y yo sin poder hacer nada, cuántas veces besé respetuosamente su frente fría…! Aún por las noches despertaba y estaba de pie junto a su camilla orando por su eterno descanso.
No seguía noticias de él, que al parecer pululaban todo el día por todos los medios y por todo el mundo, pues yo estaba muy ocupada en lo más importante; por los comentarios supe que su cuerpo iba a permanecer congelado durante mucho tiempo y entendí también que yo seguiría de pie junto a él. Fue entonces que comencé a sentir el fuerte deseo de conocer quién era ese famoso por quien yo estaba sufriendo tanto y oraba continuamente sin apartarme de él. Quién era esa estrella, por la que sentía tanta ternura. Por qué se me había permitido entrar a donde quizá nadie jamás entró…
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