https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Visita a las islas de Galápagos" de Theodor Wolf (página 5) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Domingo 02 de junio de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6 
 

Desde el punto de vista geológico este mundo insular es joven y seguramente su origen no se remonta más allá del período terciario. Ciertas partes son sin duda mucho más recientes. Esto debe tener especial interés para los botánicos y zoólogos, pues en ese joven archipiélago deben haber surgido en un tiempo relativamente corto muchas formas vegetales y animales endémicas y por cierto derivadas de especies más antiguas emigradas del continente sudamericano.

Esta formación volcánica no guarda relación alguna con la mucho más grandiosa que forma la meseta de Quito, en la misma latitud, pero doce grados de longitud más al este. Desde el punto de vista petrográfico ambas formaciones son completamente distintas: la última consta de traquitas y andesitas, mientras que las islas Galápagos están compuestas de rocas basálticas.

El mismo día de mi llegada a Floreana di comienzo a mis excursiones y recolecciones. Estuve en esa isla cuatro veces pero trataré de compendiar aquí todo cuanto he de decir sobre ella. Aun cuando Floreana sólo tiene dos millas geográficas de diámetro, se necesitan varios días para conocerla medianamente, pues en realidad sólo hay un camino que lleva del desembarcadero a la hacienda, y a todos los demás lugares debe llegarse sin buscar camino, lo cual es harto difícil, sobre todo en la parte baja y árida de la isla. A menudo lleva una hora cubrir algunos centenares de metros y por cierto, la vegetación achaparrada constituye el menor de los obstáculos; la dificultad principal reside en el suelo de lava terriblemente áspero, agrietado y escabroso, que consta en la superficie de grandes bloques rocosos de agudas aristas.

Entre las islas pequeñas, Floreana posee el relieve más variado y se diferencia por su importante número de montañas cónicas, bastante elevadas y próximas unas de otras, que vistas a cierta distancia le imparten un carácter pintoresco. Su contorno es casi circular, pero interrumpido por accidentes costeros: bahía y entradas del mar, condicionadas por corrientes de lava y montañas de escoria salientes. Como en Hood y casi todas las demás islas, el suelo va ascendiendo en forma paulatina desde la ribera hacia el interior y forma allí una elevación chata o meseta de 260 a 300 metros de altura, de conformación muy irregular y sembrada de conos montañosos que tienen una altura absoluta de 460 a 560 metros. El Cerro de Paja, el punto más alto de la isla, situado a mano derecha cuando se va de Playa Prieta a la hacienda, llega casi a los 666 metros. Si se incluyen las montañas de escoria de la región baja, de una altura relativa de no menos de 60 metros por encima de las de sus alrededores, el número ascendería a veinticuatro o veinticinco (en un área de cuatro millas cuadradas). A estas se suman otras tres montañas que emergen del mar cual islotes aislados: Gardner, CaldweIl y Enderby. Estas tres, además del peñasco Watson que tiene forma de muro interrumpido por un portal y un muro circular en la punta norte de la isla principal, constituyen den derredor de Floreana los únicos restos de una antigua formación volcánica de tobas. Todo lo demás es de escoria parda negruzca de la formación volcánica más reciente. De una ojeada en redondo desde el Cerro de Paja puede abarcarse toda la isla, y desde allí se aprecia asimismo una magnífica vista de la lejanía cuando reina buen tiempo. Desde cada una de las islas Galápagos se ven algunas de las vecinas. Desde Floreana se divisan claramente Albemarle sud con las islas Brattle y Crossman, más lejos Indefatigable, Barrington y, cuando la atmósfera es muy diáfana, las montañas de Chatham.

 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6 
 
 
Consiga Visita a las islas de Galápagos de Theodor Wolf en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Visita a las islas de Galápagos de Theodor Wolf   Visita a las islas de Galápagos
de Theodor Wolf

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com