Un vistazo al mapa sinóptico muestra que las cinco islas más grandes de las Galápagos: Albemarle, Narborough, James, Indefatigable y Chatham se encuentran entre el Ecuador y un grado de latitud sud. Sólo las tres pequeñas islas Abingdon, Bindloe y Tower están más allá de la línea y las islas Hood y Floreana, no mucho mayores, están al sud del grado 1. (Dos islas rocosas completamente intrascendentes, la Culpepper y la Weriman, situadas a ochenta millas marinas de Abirigdon, no se ven siquiera en la carta.) De ordinario, las Galápagos se calculan en trece islas agregándose a las ya nombradas las siguientes: Barrington, Duncan y Jervis, pero se pasan por alto los innumerables islotes y rocas que rodean las islas principales y no figuran en las cartas. En mi viaje sólo pude conocer la mitad meridional del archipiélago, a saber, las islas Floreana, Chatham, Barrington, Indefatigable y la parte sud de Albemarle, lo que quiero hacer notar expresamente, para que mis próximas observaciones y descripciones no se apliquen apresuradamente a todo el archipiélago, aun cuando por lo que pude saber de boca de personas confiables, en particular del capitán Petersen y por las impresiones de viajeros anteriores, quizá sea probable que rijan para la mayor parte de la mitad septentrional. Esta es al parecer más pobre aún en organismos vivos, pero en cambio evidenciaría fenómenos geológicos (volcánicos) muy uniformes, quizá más acentuados.
El archipiélago de las Galápagos constituye uno de los más bellos ejemplos de grupos insulares, netamente volcánicos. Las islas no tuvieron su origen en la desmembración de un vasto territorio (menos aún en el desprendimiento del continente sudamericano), ni en un levantamiento del antiguo fondo marino, sino se formaron simplemente por acumulación progresiva - primeramente en el fondo del mar y luego en la superficie de los materiales lanzados por los volcanes durante las erupciones. En ninguna parte se descubre vestigio alguno de antiguo relieve montañoso, en ninguna parte se encuentran pruebas de grandes hundimientos o levantamientos con excepción de pequeñas manifestaciones en los volcanes aislados, debido a pequeñas causas locales.
Los canales que separan las islas son extraordinariamente profundos en casi todas partes. En la mayoría de las islas se puede ver claramente su gradual crecimiento a partir de un punto central (por lo general un cráter principal) por los derrames de lava. Luego expandieron su extensión en todas direcciones o con predominio de una, mientras al mismo tiempo aumentaban en altura. Con el tiempo se formaron muchos cráteres laterales o secundarios.
Este simple fenómeno se observa muy bien en Indefatifable y la escalofriante y desierta Narborougli, a la cual sólo vi a la distancia, desde las montañas de Albemarle, que posee un cráter central aún no extinguido, de enorme extensión. En otros casos, dos islas vecinas, formadas de la manera descripta, se han unido para formar una sola que presenta entonces una morfología alargada. Sin duda, esto es lo que sucedió con Albemarle y Chatham, en las cuales aparece una mitad septentrional separada de la meridional por un istmo bajo y llano, y sospecho que la mitad norte de Albemarle se formó a su vez por la unión de tres islas, cada una con un colosal cráter central, si bien en la actualidad tina cadena ininterrumpida une todos los cráteres principales. Cuando se contempla esta cadena aisladamente, uno se siente inclinado a hablar de volcanes alineados. En otras islas, en especial Chatham, James y Albemarle sud las cumbres principales muestran una disposición lineal, pero sin seguir la misma dirección, se cruzan en distintas direcciones en su prolongación y además son relativamente cortas, de manera que consideradas en conjunto, es mejor contar las Galápagos entre los volcanes agrupados.