Pese al clamor de los científicos de todos los países, la humanidad sigue al
parecer su irrefrenable rumbo a la catástrofe.
Este libro desarrolla ejemplos de la aplicación de leyes físico-químicas
inexorables, que conducen a una producción insostenible de dióxido de carbono,
metano y otros contaminantes, debido a la combustión desenfrenada de
combustibles fósiles, alterando el equilibrio térmico del planeta.
Incursiona también en el uso irresponsable del agua y su contaminación. De
cómo la Argentina exporta ingentes cantidades de agua "virtual" juntamente
con sus granos sin la debida valorización. De cómo en la acuciante necesidad de
obtención del vital elemento se recurre a procesos cuestionables como la
desalinización del agua de mar.
Pasa revista al despilfarro de papel, sobre todo en los países ricos, lo que
conduce a instalar gigantescas plantas de celulosa, como nuestra vecina Botnia,
con enormes monocultivos de árboles que tienen adversos efectos sobre la
ecología y las economías de muchas regiones del planeta.
Dado que, además, el incremento de la población mundial multiplica todas las
necesidades, especialmente de energía, que se trata de abastecer de
cualquier manera, por ejemplo con centrales a carbón, se genera una espiral
viciosa de temibles consecuencias.
¿Cuáles son las medidas que se toman frente a este gravísimo problema que
enfrenta la humanidad, que atendiendo a esa gravedad deberían ser de un carácter
inédito? Ninguna sustancial. Esas medidas serían draconianas, por tanto
"impopulares" y por consiguiente no se toman. Hay decisiones que no pueden
someterse a votación.
En resumen, haremos realidad el tenebroso destino que anuncia el título del
libro.