“Nuria se dispuso a levantarse, pensaba que era muy afortunada. Retardaba su salida de la cama. Las sábanas estaban aún tibias del calor de su marido. Deseaba que aquel momento se hiciese eterno. Que poco sospechaba el terrible desenlace que el destino reservaba a aquel matrimonio.”
Cuando la vida les sonreía. Cuando una existencia desahogada económicamente les permitía disfrutar de aquello que habían planeado compartir, Nuria y Raúl empezaron a sumergirse en la incomunicación mutua.
Tras años de feliz matrimonio, empezaron a ver las cosas de otra forma. Un día, de pronto, a Nuria se le plantea la duda entre seguir viviendo en la vacía placidez en la que se ha convertido su vida hogareña o sumergirse en el vértigo de una pasión imprevista. Mientras, Raúl se debate entre las zancadillas de los altos ejecutivos de la multinacional en la que trabaja y el amor de su mujer que se le escapa de las manos sin que él haga nada para evitarlo. Cada uno, en su mundo, ve las cosas de forma distinta.
Ella, como tantas mujeres buscaba ternura y confianza. Él estaba obstinado en lograr el éxito profesional. Buscando una cosa y la otra, ambos, poco a poco, se instalaron en un desencuentro que les llevaría a vivir la más indeseada de las situaciones.
“El color del cristal” combina equilibradamente la reflexión existencial y la pasión, mostrando, como telón de fondo, la vida de unos personajes de clase media acomodada, en la ciudad de Barcelona.
Esta novela, de sentimientos escondidos y desenlaces inesperados, atrapa al lector desde los primeros capítulos.