En esta oportunidad, ofrecemos El Señor Gabriel, una de las novelas contenidas en Obra incompleta, la obra de Miguel Tenreiro.
Sobre Obra incompleta:
“Obra incompleta”, Miguel Ángel Tenreiro, Gárgola Ediciones, 2009.
Este volumen de más de 700 páginas, contiene 8 libros, 4 novelas cortas y 4 libros de cuentos.
Novelas cortas: “El señor Gabriel”, un hombre de saber cambia el destino de generaciones con una frase. “El viejo homeópata”, la relación entre discípulo y maestro en la medicina. “Salvar a nadie”, un policial de ritmo implacable. Y la novela más criticada “La consentida”, experimental en su intento de demostrar que ni siquiera la pornografía escapa a la literatura: sexo explícito, violencia aparentemente irracional y un narrador brutal.
En los 4 libros de cuentos, es posible encontrar conocimiento de oficios, sus climas, y las búsquedas de quienes no se conforman con la realidad. Lo títulos anticipan: “Los taquígrafos”, “El tirador”, “Un poco de paz conmigo”, “Privilegio de muerte”.
Para los que quieren historias, para los que quieren diversión, y también para los que quieren distintos niveles de lecturas y cruces intertextuales. Para que el lector construya su literatura.
"La literatura argentina está hecha en buena medida de escritores empecinados, irrefrenables, de explosión solitaria. Sólo pueden vivir en la imaginación, o con la imaginación de por medio entre ellos y los hechos, y sólo pueden imaginar escribiendo; es decir, son escritores más allá del destino de lo que escriben; y no es que la recepción no les importe, por supuesto, pero pueden prescindir del destino de lo que escriben, por el momento. Para esos escritores siempre es "por el momento". Tenreiro es así. Ha escrito barbaridades y de golpe saca un libro con por lo menos seis libros adentro. En este hombre hay una fruición de las extravagancias y truculencias de la vida del país, en sus pliegues menos atendidos, que roza el costumbrismo y escapa hacia lo gótico: los rizos visibles de una ola profunda que viene de Arlt y de Laiseca, entre muchos otros. Creo que si hay un problema es la exhaustividad de las escenas, una economía narrativa que no concibe los límites de la situación, que es una especialidad, o una condena, de la narración. Tenreiro redunda, como si esperase juntar más audacia. Pero su propia potencia, la necesidad de contar y la abundancia de invención se lo llevan en andas. Salud a este libro y a su autor."