El Cura Brochero es un personaje realmente único. Curas hubo y hay muchos, curas agauchados también, hombres de Dios abundan -por suerte-. Pero la extraña mixtura de un sacerdote que sentía profundamente su ministerio y al mismo tiempo tuviera una conexión tan fácil y natural con la gente, un cura que podía tratar con la misma familiaridad a los paisanos de Traslasierra y a los poderosos de la capital, de la provincia o de la Nación, que se preocupara por la salud espiritual de sus feligreses pero también por sus necesidades materiales, esto se da muy pocas veces y creo que la personalidad de José Gabriel Brochero es la única que reune en nuestro país todas estas líneas.
Y es un gusto y un honor poner estas pocas líneas como aval del intento de Evangelina Del Forno. Para el lector, sólo un pequeño retraso antes de internarse por el mundo fascinante del cura de las sierras de Córdoba
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