Las mocedades del Cid, la obra cumbre de Guillén de Castro, que aparece en la Colección Austral, sirvió de inspiración y modelo para "El Cid", de Corneille, piedra angular de todo el movimiento romántico francés. Refiérese en esta obra, compuesta de dos dramas, la vida del Cid, tratándose, en la primera parte, de sus amores con doña Jimena, y, en la segunda, de sus grandes aventuras. De esta obra ha dicho, con su gran autoridad, Menéndez Pidal, que "recuerda los admirables retablos góticos recargados de figuras repartidos en distintos compartimientos", y a través de los cuales vemos, escena tras escena, la narración total, pudiendo también valorarse en Las Mocedades Del Cid el paso de las formas del romancero popular a las más complejas del diálogo dramático, sin que se pierda nada del aroma legendario de la inspiración del pueblo de Castilla.
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