Rafael Alberto Arrieta, miembro de número de la Academia Argentina de Letras, se ha destacado en nuestro ambiente intelectual cumpliendo su triple vocación de poeta, profesor y crítico. En las Universidades de Buenos Aires y La Plata dictó Literaturas de la Europa Septentrional y Meridional respectivamente. Quienes tuvieron ocasión de beneficiarse con su enseñanza, expuesta en cuidadísimo estilo y con singular capacidad de síntesis, que dieron jerarquía a su labor, pudieron advertir la calidad de su cultura y su agudeza crítica. Su obra poética, caracterizada por una "serenidad silenciosa, que dice su palabra reveladora, y ninguna más", según una acertada expresión de Enrique Diez-Canedo, ha sido reconocida por importantes críticos españoles e hispanoamericanos, y ha llamado la atención de estudiosos norteamericanos, franceses e italianos. La significación de su obra de prosista no es inferior a la del poeta. Se inicia con Las Hermanos tutelares (Buenos Aires, 1923) y se amplía con ensayos que la crítica recibe con aplauso. Incansable indagador de problemas estéticos y eruditos, ha logrado, utilizando una documentación hasta hoy desconocida, nuevos datos acerca del modernismo, cuyos antecedentes, nacimiento, esencia y desarrollo estudia en este libro, en el que también se muestra la importancia que para el movimiento tuvieron las publicaciones porteñas de Rubén Darío, como asimismo la renovación que significaron para nuestra vida intelectual las ardientes polémicas que suscitó y la actuación de sus discípulos.
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