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Fortuna
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 Reseña del libro
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Política de Devoluciones. |
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Otros libros en la misma sección |
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Descripción del libro usado "Fortuna" |
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| Durante la primavera de 1976, arrancándose a su despreocupado retiro en Jamaica, a Cimballi se le ocurre una idea: ya no se trata de ganar 10, 20 o 50 millones de dólares, sino de tener acceso a la Fortuna, la verdadera, la inmensa. Es que 1976 no es ya un año cualquiera. En el cielo azul de Las Vegas, la capital mundial del juego, acaba de retumbar una noticia como si fuera un trueno. En el otro extremo de Estados Unidos, Nueva Jersey ha decidido autorizar los juegos de azar en el tradicional balneario de Atlantic City, a trescientos kilómetros de Nueva York. Y Cimballi, intrépido, decide fundar allí "su" casino: El Elefante Blanco. A partir de ese momento ingresa no ya en el mundo de los jugadores, sino en el de los hombres que organizan el juego, un mundo infinitamente más peligroso y secreto. Pero, ¿cómo crear un casino? ¿Cómo hacerlo nacer? ¿Cómo convertirlo en uno de los más grandes del planeta, y seguramente el más original? ¿Cuáles son las leyes, ignoradas por el común de los mortales, que es imprescindible respetar? ¿Dónde y cómo reclutar al imprescindible gerente del casino, poco menos que con derecho de vida o muerte sobre sus 25000 empleados? Y, por sobre todo, ¿cómo sortear las trampas, a veces mortales, que acechan en el medio más cerrado del mundo?. Cimballi no esquiva ninguno de esos peligros: se arroja al agua y el resultado no se hace esperar. Resulta victima de una estafa increíble, helada, cínica. Su reacción para contrarrestar el timo será monumental, desopilante, cargada de un suspenso formidable. Lo que se juega: probablemente la libertad, la vida quizá... y con seguridad más de mil quinientos millones de dólares, el Poder. ¡La Fortuna!. Una carrera llena de situaciones hilarantes, dramática, que pasa por el Tirol, Macao, el Transvaal y San Francisco, y la ciudad muerta de la reina de Sabá, perdida entre las arenas del Yemen. Una carrera cuyo ritmo está mareado por una sorprendente contradanza entre Las Vegas y las amenazadoras brumas de Atlantic City.  Ir al inicio |
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