Erasmo de Rotterdam, el celebre humanista del siglo XV, nació en esa ciudad holandesa el año 1467 y murió en Basilea el 11 de Julio de 1536, formando toda la población su cortejo fúnebre. Su verdadero nombre era Gerardo, hijo natural del eclesiástico Geradio de Prael, y pasada la adolescencia, huerfano de padre y madre, adoptó el nombre grecolatino de Desiderio Erasmo, según la moda de la epoca. Intensa y cambiante fue la vida de Erasmo. Amigo de los poderosos de su tiempo, muy considerado por papas y reyes, su rara y superior inteligencia fue reconocida en todos los centros intelectuales, Alcalá, Cambridge, Oxford, Lovaina, etc, de aquella Europa humanista, sin fronteras para el verdadero pensador, sustraído a los cambios políticos del momento y sólo dedicado a faenas perdurables del espíritu. Erasmo fue filólogo, teólogo y escritor de mente clarísima, habiendose dicho de el que "la influencia que ejerció fue una de las más extensas que se han conocido". Entre sus obras goza de inextinguible vigencia Elogio de la Locura, que incorpora a su biblioteca la Colección Austral, donde ya hemos publicado sus celeberrimos Coloquios. Abre el Elogio de la locura el prefacio en el que Erasmo explica al ingles Tomás Moro las circunstancias que le movieron a escribir su ensayo, que dedica a su insigne amigo, quien deberá tomarlo bajo su protección, "pues a fuera de dedicártelo es ya tuyo, y no mío". Modelo de donosura, claro ingenio, chispeante burla con estas variaciones sobre la locura que se encuentra en todas partes, y que ilusionando al hombre le hace reproducirse conduciendole al matrimonio, hijo de la Ligereza y, en otro sentido, del Placer. Nadie, prosigue Erasmo, podría soportar la declinación de la vida si no existiese la Locura, que hace al viejo tornar a la infancia, de modo que no vea la proximidad de su fin.
Así desfilan las distintas formas que la Locura aparenta y quienes por ella son poseídos, sirviendose de ellos Erasmo para criticar e ironizar sobre las flaquezas humanas, ya que en el fondo de todo lo humano nunca deja de aparecer la Locura que ayuda a sobrellevar esa misma condición humana.
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