Lo más genuino, lo más esencial y expresivo del romanticismo, tan caro a nuestro siglo, se condensa en esta novela de Alain Fournier. Los mundos de Lamartine, de Musset, Dickens, todas las sugestiones que supieron despertar en nosotros y la confidencial ternura de sus creaciones se animan y coinciden congruentemente en las encantadoras situaciones de El gran Meaulnes. Pues esta novela constituye el más hermoso adiós que podía ofrecerse a aquella concepción del mundo en que el sentimiento, las tensiones de los afectos, iluminaban y conferían significativa trascendencia al Yo.
Alain Fournier es, en consecuencia, el último escritor fiel al mejor romanticismo. Pero es también un escritor de nuestro tiempo. Y este enlace se lleva a cabo tan espontáneamente que, a poco de comenzada la lectura, nuestro espíritu se encuentra totalmente en juego, envuelto en la obstinada poesía de la historia.
Porque en verdad ésta es la única novela de un poeta que, antes de desaparecer dramáticamente en los primeros combates de la guerra de 1914, quiso dejar el testimonio de su afición por la adolescencia que hacía tan poco tiempo había dejado (cayó en el campo de batalla a los veintiocho años).
Meaulnes, el protagonista de esta obra, cumple el derrotero de una juventud que, como tal, se realiza en la entrega, en la pureza, en la fervorosa dedicación a aquello que ama, a través de una elipse que nace en el ambiente de un colegio y pasando por una extraordinaria aventura de naturaleza casi mágica, plantea al todavía adolescente la tremenda alternativa de elegir entre una felicidad trabada por remordimientos o la pureza que exige, como tributo, el sacrificio. Y Meaulnes abandona su adolescencia de esta forma, y en la elección responsable compromente su integridad de hombre.
Este libro testimonia de la mejor manera que la literatura contemporánea puede tener vigencia de actualidad sin implicaciones psicoanalíticas, sociológicas o ideológicas, es decir, con sólo hablarnos de esas ilusiones, de esa frágil intimidad, de esa esperanza que cada uno ama en su adolescencia.
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