UNA vez un artista que había pintado un pequeño
cuadro muy hermoso, lo colocó de modo que pudiera verlo reflejado en un
espejo. Se dijo: "Esto duplica la distancia y lo suaviza, y de ese modo es
dos veces más bello de lo que era antes".
Los animales del bosque se enteraron de esto por el gato, que
era muy admirado por aquéllos en razón de su mucha
ilustración y de ser tan refinado y civilizado, y tan cortés y
educado, y porque podía contarles tanto de lo que ellos no
conocían antes, y de lo que después no se sentían
convencidos. Esta nueva información los tenía muy excitados, y
hacían preguntas a fin de poder enterarse del hecho por completo.
Preguntaron qué era un cuadro, y el gato les explicó:
-Es una cosa plana -dijo-; magníficamente plana,
maravillosamente plana, encantadoramente plana y elegante. ¡Y tan
hermosa!
Esto los excitó casi hasta el frenesí, y dijeron
que darían el mundo por verla.
Luego el oso preguntó:
-¿Qué es lo que la hace tan hermosa?
-Su aspecto -dijo el gato.