En otras partes del mundo, para otras comunidades o grupos, el valor del
tiempo se centra en lo que se puede hacer "ahora", en este momento. Para un
indígena la promesa de algo futuro se desvanece por no poder comprender que eso
pueda darse más allá del tiempo real que transcurre en el "ahora". Es decir si
yo le prometo que en un futuro próximo tendrá un abrigo nuevo, cálido y suave
que lo proteja del frío y que además será cómodo y liviano, seguramente no
aceptara ante la alternativa de tener "ahora" el viejo, áspero e incomodo, según
el criterio occidental.
Este rechazo será entendido por la mente "avanzada" del común de la gente del
mundo occidental como producto de no haber alcanzado los avances de la
civilización. Pero lo que los occidentales no podemos ver en ese aspecto es lo
que subyace a ese avance y progreso que no nos deja disfrutar el "ahora". Lo que
nos perdemos es la sabiduría del concepto de tiempo no lineal. Es decir, un
tiempo que no se manifiesta en una recta con pasado y futuro sino un tiempo algo
más circular. Nos desvivimos trabajando o pensando cómo hacer para poseer lo que
necesitamos en el futuro y nos perdemos el "ahora".
Entonces trabajo sin cesar para tener y lograr y brillar en la sociedad que
me lo demanda y no disfruto "hoy". ¿Estaré aquí mañana? Planeo construir una
casa y vivir de una determinada manera, pero... ¿Estoy realmente viviendo el
hoy?
No esta mal tener proyectos, hacer planes, es parte del disfrutar de ponerse
metas e intentar cumplirlas, de alcanzar el desafío propuesto. Pero... ¿me
acuerdo del "ahora" o me pierdo en el desafío futuro? ¿Estoy acá o estoy sólo en
la perspectiva del allá?
¿Cómo perder el horizonte sin perderlo? Digo... ¿cómo lograr desprenderse del
proyecto para disfrutar el ahora sin perder el proyecto?
Es allí donde el tiempo nos habla, nos habla en la medida que transcurre y no
hacemos nada o hacemos demasiado, nos habla en la medida que se nos desliza y no
perdemos el horizonte, no nos detenemos a escuchar que tiene para decirnos. Y
ese tiempo que converge en un determinado espacio une o desune, ata, amarra o
deja ir a las personas abriendo o cerrando una posibilidad única y muchas veces
irrepetible.
Todos buscamos algo, algunas personas ambicionan poseer objetos caros,
viajar, llenar sus vidas de cosas que creen les darán lo que necesitan. Lo que
más necesitamos las personas no se encuentra en los objetos, lo que nos hace
profundamente felices nos lo da el Amor.
Para algunos el amor proviene de los padres, de los hijos, de un amigo, de la
pareja... El Amor... yace dentro de uno mismo.
El amor es lo más importante en la vida, por algo lo han dicho grandes
personajes de la historia a través del tiempo, por algo lo resaltan quienes
palparon la muerte y lograron vivir, como lo hace Nando Parrado* cuando cuenta su experiencia en los Andes.
Donde la convergencia espacio temporal torno al papel del dinero en algo valioso
por ser útil para prender fuego y darse calor.
Cada persona tiene su historia
para contar, cada uno tiene la posibilidad de aprender algo de las cosas que
suceden en la vida. Todo, digo "todo" lo que nos sucede debe ser usado para
aprender, para vivir el "ahora" pero no al mejor estilo "posmodernidad" cargado
de egoísmo individualista, digo... sí transitando el "ahora" para dar lo mejor
de si a los demás y a uno mismo. Para amar.
* Giddens, Anthony "La
Constitución de la Sociedad" 1994 Teoría de la Estructuración prácticas sociales
que ocurren en el espacio-tiempo Giddens 1984, 10-13.
* Hall, Edward "The Silent
Language" " Time talks. It speaks more plainly than words" "The Silent
Language", pág. 1. "El Lenguaje Silencioso"
* Parrado, Nando "Milagro en Los
Andes" Editorial Planeta 2006.