Con la posibilidad latente que esa falta, frecuente, haga que su
presencia sea transitoria, repitiéndose el ciclo en otras ocasiones, con dos o
más compañeros de la jefa, que así como los acepta, los expulsa.
Más
allá de esas necesidades, el problema es de carácter social y económico, siendo
la consolidación de una vivienda fija, en el lugar donde esté su trabajo, la
única forma de contener normalmente a la familia.
El acceso a la
vivienda es un derecho constitucional, pero no una obligación del Estado su
provisión. Éste debe cubrir prioritariamente, las necesidades de salud,
educación y seguridad pública, posibilitando acceso al sustento, a través de un
trabajo digno. Aceptando que las políticas solidarias de subsidios deben ser,
tan solo, soluciones alternativas para épocas de emergencia
social.
Pero sí, es dable suponer que la construcción de viviendas y
soluciones habitacionales, puedan ser el eje alrededor del cual giren vastos
planes de acción social: alfabetización, atención de la madre soltera,
vacunación masiva, prevención contra las enfermedades transmisibles, etc. Y una
específica introducción al trabajo cooperativo, para enseñar a la gente a ganar
el pan.
Esta introducción, que podría tener la misma extensión del
libro, justifica para escribir sobre uno de los dramas emblemáticos de las
familias: la imposibilidad de mantenerla y darle simultáneamente, alimentos,
educación, salud, y seguridad, cuando la cantidad de integrantes pesa, y el
trabajo escasea.
Siendo un hecho no expresable en un ensayo,
pretendí denunciar el tráfico de niños, una lacra irredenta de nuestra condición
nacional, por medio de un relato, que abarque otra monstruosidad: la violación
de mujeres.
Puerto Cristal no existe.
Está descripta
como una localidad cualquiera, que igual podría situarse en otra provincia del
norte grande, pero que la historia ubica en Misiones, elegida por su ubicación
estratégica en las cercanías de la Triple Frontera.
Las noticias
diarias, no dejan que olvidemos que se roban criaturas, y que alternativamente
se venden, a cambio de sumas de dinero que permitan a sus padres vivir algunos
meses más, sin acudir a las leyes de adopción.
Nuestra sociedad
imperfecta necesita madurez para priorizar los mandatos. Y los dirigentes
políticos, deben ser los encargados de atender el bien común de la población,
con aplicación de la inteligencia. La redistribución de bienes siempre será
insuficiente, si antes no se generan riquezas genuinas.
Hacer que
el país construya un futuro distinto, es una aptitud que está a nuestro alcance.
Requiere por supuesto, de la voluntad y el trabajo.
Agradezco a los profesionales de las áreas sociales del Instituto de
Vivienda de Corrientes (INVICO), y todos los que me introdujeron en los aspectos
más cruentos de las necesidades insatisfechas de nuestra gente.
Mi
saludo a todos, y en particular, a los que siguen en la brecha.
Doy
las gracias también a quienes me han ayudado con sus conocimientos específicos.
Al Lic. Mauricio Bossa, Diputado Nacional (MC), quien me hizo partícipe de sus
conocimientos profundos sobre la aviación civil, el sistema nacional de radares
y la vigilancia aérea de nuestras fronteras. Al Licenciado en Sistemas de
Información, Daniel Santillán, cuya sapiencia sobre la telefonía móvil y sus
posibilidades, enriquecieron mis posibilidades.
Y a tantos otros,
abogados, hablándome de las leyes de adopción, periodistas, sacerdotes, médicos
y sicólogos, que optaron por permanecer en el anonimato. Si he cometido errores,
debe entenderse que no me apliqué lo suficiente.
Al tratarse de una
ficción, los personajes son fruto de mi imaginación, y debe entenderse que
cualquier parecido, es tan solo producto de una coincidencia.