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Palabras del autor
Van a leer una novela de intriga. Con acción, aventuras y suspenso.
Con ligeros toques sobrenaturales, en el contexto de almas en
conflicto y de jóvenes mujeres, acomodándose a un destino que no
controlan. Estarán entonces, frente a un relato que les permitirá
introducirse en uno de los lados oscuros de nuestra condición de país, de su
gente y potenciales riquezas, en el contexto de una historia dramática de
traficantes de niños. Al proponerme escribir sobre dicho comercio,
encontré que no deseaba convertirlo en un ensayo, pleno de diagnósticos y
argumentos intelectuales, transitando viejas y nuevas investigaciones,
policiales y periodísticas. Deben ver este trabajo como una ficción
que pretende aportar un mensaje, a través de la urdimbre particular de una mujer
violada, agraviada además, por el robo de su hijo. Entremezclada con otros
dramas que acucian a otras mujeres que venden a sus criaturas, al no poder
mantenerlas consigo, junto con la familia que le queda. Por mi
condición de lector antes que autor, es tanto más agradable exponer el
sufrimiento y los pensamientos de los protagonistas, para intentar conseguir que
cada uno saque sus conclusiones, poniéndose en la piel del
investigador. La propuesta estará a la vista, cuando cobren vida y
se acomoden los personajes, participando de la trama, hasta dejarlos librados a
su albedrío. El escenario donde se desarrolla la historia, es el
vasto norte grande argentino, cuya belleza y recursos naturales, hacen que una
buena persona desee para sus pobladores, un futuro venturoso. Y de
aquel, el litoral norte, desde Formosa a Misiones, ascendiendo el Paraná, con el
misterio y riesgo de sus fronteras abiertas. Los protagonistas son
la gente carenciada de todo aquello que merecen: salud, alimento, trabajo y
condiciones sociales para hacer crecer a sus hijos, y desarrollarse ellos
mismos. La situación socioeconómica en que viven esos pobladores,
en su mayoría con necesidades básicas insatisfechas o parcialmente disponibles,
no se puede describir solamente, desde la comodidad de un relato.
Son numerosos los asentamientos precarios donde viven, ocupando
viviendas deficitarias, hacinados y compartiendo promiscuamente taperas, sin
servicios elementales de agua, cloaca, luz eléctrica, piso y techo, para
cubrirlos de la intemperie y erradicar los insectos. Situación que acumula
varias décadas, sin visos de solución, debido a la migración poblacional en
busca de trabajo. Esos conglomerados se asientan en predios aledaños
a las zonas urbanizadas de las ciudades importantes, y se forman espontáneamente
en los terrenos que encuentren, aunque estos sean inundables y carezcan de
apertura de calles, con los servicios elementales ausentes. Esas
familias han tenido, y tienen aún ahora, jefas mujeres solteras, donde se da la
existencia fugaz de un hombre, ausente en general, al desplazarse detrás de
mejores trabajos, en blanco y con cobertura social.
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No robarás... niños
de Lito Méndez
ediciones elaleph.com
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