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Introducción
Queridos hermanos y amigos, este librito es una pequeña entrega
de afirmaciones positivas que fueron recolectadas a partir de historias y
anécdotas de un personaje ficticio que aquí llamaré Hermenegildo Pucheta. En su
vida, algunas situaciones eran extremadamente complejas de asimilar pero él las
revertía diciendo palabras positivas. Esta es la esencia de lo que compartimos
aquí, en primera y en tercera persona, para tratar de explicar e instaurar el
sentimiento de libertad y el significado que tiene para nuestras vidas. No hay
algo aquí que pueda darse como lecciones o fórmulas infalibles, y estas líneas
sólo podrían ser relevantes si inspiran amor. Nuestra vida como terráqueos
es transitada confusamente y a conciencia fraccionada, pero cuando nos
reevaluamos en la perspectiva de las virtudes de nuestro corazón tenemos otra
visión más amplia, y conectamos nuestra mayor fuerza que es la intención,
entonces descubrimos que con nuestras afirmaciones positivas la realidad es
modificable, que el cielo o paraíso, el vivir la totalidad, está en nosotros
mismos aquí. Decidimos continuamente nuestra libertad en pos de la totalidad,
aquí y ahora, lo decimos y afirmamos positivamente para anclar vibraciones
benéficas y observamos cómo la realidad se modifica, ampliándose y abriéndonos a
infinitas posibilidades. Invitamos a sentir los procesos de la vida y sus
infinitas posibilidades, somos soñadores que están soñando. Creamos sueños desde
el ensueño individual. Cada uno sueña su propio mundo desde el gran vacío activo
que nos contiene; la forma del escenario en el que participamos es tan cambiante
como ilusoria, por lo tanto es modificable desde las palabras intencionadas
positivamente. La vida y su paisaje lleno de erotismo nos seduce, nos invita
a entregarnos, a enamorarnos, a darle toda nuestra atención. Lo hacemos desde
nuestra infinita variedad de sueños. Entre esa pluralidad el sueño de la tierra
sin mal y de la libertad incondicional, más que posible es verdadero, siempre
está en nosotros aguardando que le abramos nuestra conciencia.
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